El viernes 3 de mayo pudo haber sido el último en la vida de una mujer que víctima de violencia de no haber puesto al tanto al Servicio de Investigación Penal del Estado Falcón (Sipef), el CCP-2 y la PNB sobre la cita que tendría con Gabriel Antonio Morillo Carache, alias «Pelo de Coco» quien quedó en entregarle la hijas detrás del hotel Barigua, en la calle Sucre del sector León Colina de La Vela, municipio Colina.
Aunque en algún momento fueron pareja, la mujer había dejado a Gabriel Morillo con el que solo los unía las hijas que este ofreció entregarle, siendo la excusa perfecta para concretar la cita.
Llegada la hora, el hombre con antecedentes violentos, por lesiones y otros delitos, no se apareció con las niñas sino con un cuchillo con el cual pretendía acabar con la vida de su expareja, lo que evitaron los policías quienes sabían que estaban ante un hombre que además del amplio prontuario tenía este año detenciones por agresión a las niña y quemar la casa de su antiguo suegra, madre de la mujer que quería matar.
Morillo Carache, de 35 años, quien vive en El Yabo, tenía orden de captura 1COM-28-2024 librada el 12 de marzo por el Tribunal Primero Municipal por aprovechamiento de objetos provenientes del delito.
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El pasado 20 de enero lo habían detenido por maltrato y trato cruel a niñas; el 24 de agosto del 2023 estuvo preso por uso indebido de arma, el 13 de mayo del 2023 por hurto común en Dabajuro cuando el Cicpc lo señaló de valerse de destrezas para ingresar a las residencias apoderándose de artículos de valor, para luego comercializarlos y lucrarse.
Otro arresto es del 6 de mayo del 2022 por hurto agravado; el 6 de julio del 2016 por robo común, el 21 de febrero del 2016 por violencia física, amenaza y lesiones, el 31 de mayo del 2015 estuvo preso por violencia y el 5 de mayo del 2010 por comercio de drogas.
Antes de la cita con la mujer, los funcionarios intentaron dar con el paradero del peligroso hombre pero este se mantuvo escurridizo, por lo que con la seguridad del caso esperaron el momento para hacerlo en el lugar donde entregaría a las niñas.
Antes de que pudiera atentar contra la vida de su expareja, le dieron la voz de alto, la cual omitió para emprender la huida provocando no solo la persecución de la autoridad sino de un grupo de personas de la comunidad.
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