El mercado sigue debatiendo si la reapertura china es inflacionaria o deflacionaria.
Por ahora, todo hace indicar que la vuelta de China será un alivio para los precios.
La mayor ‘fábrica’ del mundo abre sin restricciones y los precios se moderan.
El índice de precios al consumidor (IPC), principal indicador de la inflación en China, frenó con fuerza su ritmo de avance al caer desde el repunte del 2,1% interanual de enero hasta el 1% en febrero, su ritmo más bajo en un año. Los analistas creen que se ha exagerado el temor a que la reapertura de China tuviese un impacto al alza sobre los precios globales, hasta ahora su reapertura parece lo contrario: China es una fuerza deflacionaria.
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La reapertura de China generó un debate entre los expertos por su impacto en la economía global. Las fuerzas enfrentadas son importantes. Por un lado, la vuelta a la normalidad supone un incremento del consumo de materias primas por parte de los chinos, lo que debería encarecer el petróleo, gas, carbón, metales… ejerciendo presión al alza sobre los precios globales.
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Sin embargo, la reapertura de China también supone que la mayor ‘fábrica’ del mundo vuelve a estar operativa al 100% y sin restricciones de producción, lo que supone el empujón final para que las cadenas de suministros vuelvan a funcionar con casi total normalidad. Por el momento y según revelan los datos de precios en China, este último factor parece estar pesando más, por lo que algunos analistas ya se han atrevido a catalogar la reapertura de China como un fenómeno deflacionario a nivel global. No obstante, aún es pronto para tener un veredicto final.
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